Kazajistán ofrece una variedad de experiencias únicas debido a su rica historia y su diverso paisaje. Uno de los aspectos más destacados es explorar sus impresionantes paisajes naturales. El Parque Nacional de Altyn-Emel es un lugar fascinante con su famoso canto de dunas y formaciones rocosas, que es perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo. La región de los lagos Kolsai y Kaindy, rodeados de montañas majestuosas, también es un lugar ideal para aquellos interesados en la belleza escénica.
En la ciudad de Almaty, se puede disfrutar de la vidilla urbana, con su combinación de herencia soviética y modernidad. Lugares como el Kok-Tobe, una montaña cercana a la ciudad, ofrecen vistas panorámicas y actividades recreativas. Además, el Bazar Verde es un punto ideal para experimentar la vida local y probar platos tradicionales kazajos.
Astana, la capital del país, es conocida por su arquitectura moderna y futurista. Edificios como la Torre Bayterek y el Palacio de la Paz y la Reconciliación son ejemplos de la visión contemporánea de la ciudad. También vale la pena visitar el Museo Nacional de Kazajistán para quienes estén interesados en comprender la historia y la cultura del país.
En el ámbito cultural y educativo, el mausoleo de Khoja Ahmed Yasawi en Turkestán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece una visión de la arquitectura islámica y la historia regional. La experiencia se puede complementar con un viaje a la ciudad de Shymkent, para disfrutar de su atmósfera acogedora y su rica cultura.
Kazajistán también es famoso por su hospitalidad y gastronomía. Probar platos tradicionales como el beshbarmak, el koumiss y el baursak es esencial para comprender la riqueza cultural del país. La gente local es conocida por ser cálida y acogedora, lo que hace que los visitantes se sientan bienvenidos.