Pisa es conocida principalmente por su famosa Torre Inclinada, que es una visita obligada. Ubicada en la Piazza dei Miracoli, junto con la Catedral de Pisa, el Baptisterio y el Campo Santo, este conjunto monumental es impresionante tanto por su historia como por su arquitectura. Pasear por el Centro Histórico de Pisa ofrece la oportunidad de descubrir encantadoras calles empedradas, plazas acogedoras y edificios antiguos. La Iglesia de Santa Maria della Spina, situada a orillas del río Arno, es otro ejemplo notable de arquitectura gótica.
Explorar el Museo Nacional de San Mateo permite a los visitantes sumergirse en el arte medieval y renacentista de la región. Para quienes disfrutan de un ambiente más relajado, un paseo por las orillas del río Arno ofrece vistas pintorescas de la ciudad. La Palazzo Blu, un centro de exposiciones, frecuentemente alberga interesantes muestras de arte y cultura que merecen ser visitadas.
Finalmente, probar la gastronomía local en alguno de los restaurantes tradicionales del centro permite disfrutar de los sabores típicos de la Toscana. Estos elementos hacen de Pisa un destino que combina historia, arte y una atmósfera única.